Probablemente has oído mucho sobre los sulfatos y generalmente piensas que son malos para el cabello. Debes tener cuidado con los sulfatos en los champús, ya que cuando se usan en productos de limpieza que hacen espuma, pueden eliminar los aceites naturales del cabello, dejándolo áspero, seco y quebradizo. Los sulfatos también pueden eliminar los aceites naturales del cuero cabelludo, lo que puede provocar sequedad e irritación. Ejemplos de ingredientes sulfatos comúnmente utilizados que pueden ser agresivos incluyen: Sodium Lauryl Sulfate, Sodium Laureth Sulfate y Ammonium Lauryl Sulfate. Debes estar atento a estos en los champús.
Los sulfatos no dañan el cabello cuando se usan en acondicionadores o tratamientos. En estos productos, en realidad ayudan a que el cabello se sienta más suave, liso y visiblemente más saludable.
Los sulfatos en acondicionadores y tratamientos no dañan los tratamientos químicos ni el color. Caracterizarlos como perjudiciales para el cabello en este tipo de productos es incorrecto.